Thursday, November 04, 2004

¡Ay, Chihuahua! (Primera Parte)

Esta es Trinket.



Donde vivimos, está empezando a hacer frío. Ella no lo tolera muy bien.

Traté de ponerle un abrigo...



...pero le quedó demasiado grande.

Así que no tuve más remedio. Iba a tener que hacerle uno.

Empezé con el mismo suéter de pura lana que intenté ponerle hace poco:



Lo metí a la lavadora en el agua más caliente y con la agitación más fuerte posible. El jabón que usé, sin embargo, fue suave. Tenemos un excedente de espuma de baño, así que tomo cualquier oportunidad para usarlo sin sentir que lo he malgastado. Eso fue lo que usé (y lo que uso habitualmente para ropa delicada, especialmente lana) para lavar el suéter.

Se estarán preguntando, ¿porqué lo lavó usando el agua más caliente y la agitación más fuerte? Buenísima pregunta. Lo hice para encoger el material y hacer que las fibras fueran lo más condensadas posible. Esto hace que cuando corte el material no se me desborone. También hace que el producto final se pueda lavar y secar a máquina porque ya se ha pre-encogido y no se podrá encoger más.

Mientras se lavaba y encogía el suéter, decidí que lo mejor sería que Trinket se bañara. ¿De qué sirve tener un suéter limpio y nuevo si uno mismo está hediondo?

Así que la bañé...



...y la enjuagué...



...y finalmente, la sequé.



Aproveché y le corté las uñas también. (Créeme que el bozal es necesario.)



Ya cuando salió el suéter de la secadora, empezó de veras la diversión.

(Será continuado...)

1 Comments:

Blogger Em said...

De qué sirve tener un suéter limpio y nuevo si uno mismo está hediondo?

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Muy buena preguanta... :)

11:45 PM  

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